PENBOLIVIA, filial COCHABAMBA

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lunes, 25 de enero de 2016

HASBÚN: LOS DESAFECTOS FAMILIARES



Willy Oscar Muñoz, Los Tiempos
 
El periodo histórico entre la Revolución Nacional de 1952 y la guerrilla en los 60 ha sido un tema frecuente entre los escritores bolivianos, contexto que Rodrigo Hasbún ficcionaliza nuevamente en “Los afectos”.
No se trata precisamente de una novela histórica, sino de la historia de una familia alemana que se asienta en Bolivia a pocos años de la Revolución del 52. Las dos partes de esta novela contienen una polifonía de voces, la que registra la memoria de los personajes sobre su paulatino alejamiento.

Con una economía de palabras, Hasbún va construyendo los deseos, amores, infidelidades, fracasos y el distanciamiento de los miembros de esa familia. Cada personaje rememora desde su propio tiempo y desde distintos espacios, alejados por su propia voluntad, por las contingencias históricas o por la distancia entre un continente y otro. Cada narración está separada de las otras, estrategia que no sólo estructura la novela, sino que representa, simbólicamente, la fragmentación de esta familia.

Minuciosamente Hasbún va revelando la psicología de sus personajes, los fundamentos de su alejamiento.
Dado que la novela tiene lugar en un tiempo histórico de conflicto, el espíritu rebelde de Monika la impele a involucrarse en la guerrilla urbana, hasta constituirse en un enlace importante, además de amante de Inti y ejecutora de misiones revolucionarias. De esta manera se entreteje la ficción con la historia nacional.

Como un artífice consciente de su trabajo, Rodrigo Hasbún arma las diferentes partes que estructuran su novela, para lo cual recurre a diferentes registros literarios: es una novela lírica, pero también de aventura –la expedición en busca de los tesoros del Paitití–, contiene fragmentos biográficos y es, en partes, novela de la guerrilla. Estas modalidades están artificiosamente reunidas en un todo literario coherente. La expedición al Paitití, que parece estar desvinculada del resto del argumento, se relaciona a nivel simbólico: la búsqueda de tesoros se asemeja también a la búsqueda de construir una sociedad más justa mediante la utopía revolucionaria. La expedición arqueológica del padre queda en la nada; los restos de su excelencia como fotógrafo son unas fotos viejas, apenas visibles debajo de la mugre que el paso del tiempo ha dejado. De la misma manera, el intento revolucionario queda en la nada.

El último capítulo, impreso en itálicas y en la voz de un narrador omnisciente, versa sobre el padre de esa familia: un viejo acompañado sólo por sus perros, quien hace cavar lo que va a ser su tumba. Es un pobre hombre que “da asco y pena, débil, mugriento, ya más del otro lado que de este”. Se rumorea en el pueblo que a una de sus hijas “los militares habían ultrajado de la peor manera posible. Otras dos se fueron para nunca volver”.

“Los afectos”, es, pues, la historia de los sentimientos contradictorios de los miembros de una familia, historia que toca las fibras más íntimas de los lectores. Es la historia de una familia que el tiempo se encarga de borrar, lo cual resulta simbólico de la poca trascendencia social de las guerrillas en la historia nacional. Si bien la novela muestra los defectos y desafectos de una familia fragmentada, como proceso escritural, “Los afectos” se caracteriza por su excelente factura literaria.

(*) El autor es escritor y miembro del PEN-Filial Cochabamba.
El periodo histórico entre la Revolución Nacional de 1952 y la guerrilla en los 60 ha sido un tema frecuente entre los escritores bolivianos, contexto que Rodrigo Hasbún ficcionaliza nuevamente en “Los afectos”.
No se trata precisamente de una novela histórica, sino de la historia de una familia alemana que se asienta en Bolivia a pocos años de la Revolución del 52. Las dos partes de esta novela contienen una polifonía de voces, la que registra la memoria de los personajes sobre su paulatino alejamiento.
Con una economía de palabras, Hasbún va construyendo los deseos, amores, infidelidades, fracasos y el distanciamiento de los miembros de esa familia. Cada personaje rememora desde su propio tiempo y desde distintos espacios, alejados por su propia voluntad, por las contingencias históricas o por la distancia entre un continente y otro. Cada narración está separada de las otras, estrategia que no sólo estructura la novela, sino que representa, simbólicamente, la fragmentación de esta familia.
Minuciosamente Hasbún va revelando la psicología de sus personajes, los fundamentos de su alejamiento.
Dado que la novela tiene lugar en un tiempo histórico de conflicto, el espíritu rebelde de Monika la impele a involucrarse en la guerrilla urbana, hasta constituirse en un enlace importante, además de amante de Inti y ejecutora de misiones revolucionarias. De esta manera se entreteje la ficción con la historia nacional.
Como un artífice consciente de su trabajo, Rodrigo Hasbún arma las diferentes partes que estructuran su novela, para lo cual recurre a diferentes registros literarios: es una novela lírica, pero también de aventura –la expedición en busca de los tesoros del Paitití–, contiene fragmentos biográficos y es, en partes, novela de la guerrilla. Estas modalidades están artificiosamente reunidas en un todo literario coherente. La expedición al Paitití, que parece estar desvinculada del resto del argumento, se relaciona a nivel simbólico: la búsqueda de tesoros se asemeja también a la búsqueda de construir una sociedad más justa mediante la utopía revolucionaria. La expedición arqueológica del padre queda en la nada; los restos de su excelencia como fotógrafo son unas fotos viejas, apenas visibles debajo de la mugre que el paso del tiempo ha dejado. De la misma manera, el intento revolucionario queda en la nada.
El último capítulo, impreso en itálicas y en la voz de un narrador omnisciente, versa sobre el padre de esa familia: un viejo acompañado sólo por sus perros, quien hace cavar lo que va a ser su tumba. Es un pobre hombre que “da asco y pena, débil, mugriento, ya más del otro lado que de este”. Se rumorea en el pueblo que a una de sus hijas “los militares habían ultrajado de la peor manera posible. Otras dos se fueron para nunca volver”.
“Los afectos”, es, pues, la historia de los sentimientos contradictorios de los miembros de una familia, historia que toca las fibras más íntimas de los lectores. Es la historia de una familia que el tiempo se encarga de borrar, lo cual resulta simbólico de la poca trascendencia social de las guerrillas en la historia nacional. Si bien la novela muestra los defectos y desafectos de una familia fragmentada, como proceso escritural, “Los afectos” se caracteriza por su excelente factura literaria.

(*) El autor es escritor y miembro del PEN-Filial Cochabamba.



Fuente: http://www.lostiempos.com/lecturas/varios/varios/20160123/hasb%C3%BAn-los-desafectos-familiares-_330653_734916.html

lunes, 18 de enero de 2016

"LA COMPOSICION DE LA SAL" DESDE UNA MIRADA GESTALTICA





Lluvia de sabor salado

Iván Prado Sejas, OH Lecturas, Los Tiempos

 
Magela Baudoin, con sus relatos de “La composición de la sal”, nos lleva por llanuras y montañas extrañas donde lo obvio parece hacerse presente. Sin embargo, las configuraciones emergentes tienen sus propias características, y el lector atraviesa por diferentes gestalttens. Figura y fondo se filtran con fluidez en un intercambio donde, a partir la vivencia de los personajes, emergen sensaciones, emociones y pensamientos que no sólo atraviesan las retinas del lector, sino que resuenan en el centro del corazón y los mismos tienen vida propia.

En “La composición de la sal, podríamos decir que cada frase está hecha con escoplo. Los relatos son como esculturas que salieron de la piedra bruta, y por efecto del cincel artístico de la autora, cada cuento resulta ser una obra de arte. Trabajo arduo para Baudoin, pero, seguramente bastante satisfactorio después de haber logrado el producto final.    

En la obra, se entremezclan elementos de la vida cotidiana, en distintas situaciones y tiempos. Los ambientes emergentes son particulares, y cada relato tiene su particular espacio y tiempo. Las historias transcurren en distintos lugares del orbe (Bolivia, Argentina y Europa), y Magela Baudoin sabe desplazarse muy bien en cada territorio. Asimismo, en algunos relatos se dan historias paralelas donde los personajes parecen estar recorriendo, al mismo tiempo, distintos senderos, en un traslape de figura y fondo. En este contexto, aparece lo paradoxal en ciertas escenas, donde los personajes aparentan vivenciar sentimientos encontrados en un tiempo holístico, no lineal.

Las escenas están muy bien descritas en términos de acción y de ambientación. Al existir una pulcritud en las descripciones, las historias transcurren de manera tal, que el lector va vivenciando cada escena conjuntamente con los personajes o “viceversa”.

Lo familiar y lo personal emergen como factores intrínsecos en cada historia, y aparece de vez en cuando un añadido político, social, psicológico o filosófico. Los personajes son bastante heterogéneos, con roles distintos.

Entonces, se puede decir que cada cuento tiene su propio sabor, sin embargo, el lector podrá “degustar” cada historia conforme su esquema perceptivo y su mapa de sentimientos. Así, cada relato conduce al lector a una dimensión en particular, y de los planos superpuestos emergen afectos que llegan a sintonizar con las fibras emocionales.

Magela Baudoin es una escritora que ingresa con bastante fuerza al ámbito literario. Es autora de la novela “El sonido de la H” (2014) que fue galardonada con el Premio Nacional de Novela 2014, y es autora de “Mujeres de Costado” (Plural 2010). Asimismo, Baudoin es periodista y ha publicado artículos, reportajes, entrevistas y columnas en diferentes periódicos de Bolivia.

“La composición de la sal” es una obra de arte, que brilla por sus propias virtudes y cualidades. Sus relatos proyectan al lector en la intimidad del ser y consiguen reflejar hechos que están en lo profundo de la existencia humana. “La composición de la sal”, es un libro de lectura obligatoria para aquellos que gustan del relato con una “buena sazón”.

(*) El autor es escritor, psicólogo y presidente del PEN Cochabamba.

Fuente: http://www.lostiempos.com/lecturas/varios/varios/20160116/lluvia-de-sabor-salado_329878_733062.html

lunes, 11 de enero de 2016

BLANCA GARNICA Y SU ALMA DE CRISTAL





Marcia Batista Ramos, Los Tiempos

Blanca Garnica, la niña frágil y sensible miró al mundo a través de un cristal de lágrima, porque el mundo grande y caótico cargado de desigualdades y males le dolía. Los dolores rasguñaron su alma mientras creció, y la mujer en un intento de huida se hizo poeta.

Nació en Ayopaya, Cochabamba. Y dio muestras de su ingenio desde muy joven publicando en periódicos y revistas. Profesora de literatura y lenguaje. Trabajó en un taller de teatro junto a Antonio Mitre y Luis H. Antezana. Con ellos llevó a escena las obras: “Los Justos”, de Camus y “Job”, de Mc Leash, bajo la dirección del dominico Kieran Redmond.

Es sabido que las personas se forjan, pero los poetas nacen; dueña de una escritura sutil y poderosa, Blanca manifiesta su universo interior con ternura, revelando constantemente nuevas riquezas. Su obra aúna vivacidad, sensibilidad y musicalidad.

Pertenece a la Unión de Poetas y Escritores de Cochabamba; al PEN Internacional de Bolivia; y al Comité de Literatura Infantil de Cochabamba.

Su poesía está llena de melodía y de sentimiento; es sutil en estilo elegante y al mismo tiempo perturbador, compone escenas inolvidables a partir de los recuerdos y del cotidiano. En donde cada gesto tiene un significado, e incluso hasta el más leve roce o suspiro tiene el poder de iluminar la vida entera.

Obra de plenitud artística que la hizo merecedora de una mención especial en un concurso internacional en París; Editions La Porte publicó su poemario “Epingles en Argent” (Alfileres de Plata). El mismo poemario fue premiado en Salta, Argentina, por la Unesco.

Existe en su poesía una parte sensorial y musical que nos cautiva de inmediato, pero también, se percibe que hay una trama compleja de sentidos que requieren afición, paciencia y reiteración; como todos los grandes poetas, Blanca Garnica no necesita lectores, sino relectores.

Posee el don de expresarse en un lenguaje estético directo, concreto y simple, pero, aun así, bastante complejo desde el punto de vista reflexivo.

Publicó: La vocal de la higuera (1986), Poemas infantiles (2da. Ed., 1986); La razón del musgo (1986); Retama y lombriz (1986); De la tierra y de las preguntas (1992); Vástago del sol (1993); Siempre el amor (1993); Epingles en Argent (2000); Los rasguños del silencio (2004); Alfileres de Plata (2012); Alfileres y alfiles (2012).

Blanca Garnica es una persona con personalidad profunda. Parece silenciosa tranquila, pero, su obra muestra que es inquieta interiormente.

Tiene una introspección y visión del mundo tan profunda, y lo expresa al reflexionar sobre lo que es la realidad y lo que la rodea. Como es tan natural, Blanca, presenta fases poéticas diferentes a lo largo de su obra, pero, sin caer nunca en la retórica fingidora e innecesaria.

A su manera transformó la lengua poética corriente de nuestro tiempo, la abrió a sentidos insospechados, la rehízo para presentarla en construcciones sintácticas desafiantes.

Para mí fue muy placentero encontrarme de nuevo con un poeta verdadero, que tiene un estilo perfecto, bien definido expresado en la simetría, armonía, y un cierto bucolismo, con elementos epicúreos y estoicos. En fin, una obra depurada y disciplinada.

Su obra es alegato impar de que la vida y el arte son inseparables. Tal vez, por eso Blanca, persona dotada de gran sensibilidad, aborda de manera profunda en su poesía los sufrimientos cotidianos de las mujeres que lloran en silencio…. Los sufrimientos que se invisibilizan en una sociedad machista que minimiza la figura y expresión femenil incluso en el ámbito privado; dando lustro, así, al carácter universal que adquiere su poesía.

Mientras las mujeres callan sus dolores en el rincón de su casa; Blanca Garnica siente la urgencia de aflorar en versos esa realidad cotidiana que pasa desapercibida ante los ojos del mundo. Su sensibilidad le sale por los poros, aflorando como arte lleno de delicadeza en el refinado lirismo de su obra. Haciéndose así, voz de nuestro siglo.

Blanca Garnica es un alma sensible. Pertenece al tipo de personas cuyo encanto se despliega sobre todo cuando evitan los senderos trillados. El mundo gana con seres tan profundos como la poetisa Blanca Garnica y su frágil alma de cristal.

“Blanca Garnica es una persona con personalidad profunda. Parece silenciosa tranquila, pero, su obra muestra que es inquieta interiormente...”

(*) La autora es escritora.
Fuente: http://www.lostiempos.com/lecturas/varios/varios/20160109/blanca-garnica-y-su-alma-de-cristal_328971_730869.html

ALGUNOS CUENTOS DE GONZALO LEMA




Anita Triveño, Los Tiempos
Comenzar el año con una variedad de cuentos puede ser muy entretenido, sobre todo cuando se abordan historias poco comunes en realidades bastante ocurrentes de ciencia ficción. Tal es el caso de Gonzalo Lema y su libro “Después de las bombas”, que contiene 14 cuentos de diversas temáticas.
Desde el inicio estos cuentos me han atrapado tanto por su contenido como por su forma. Lema tiene una manera de escribir sencilla y pulcra, lo que hace que leas mucho en poco tiempo y sin percatarte de ello. La imaginación, además, juega un rol muy importante en estos relatos. Si bien Lema describe lo que ocurre, muchos de los detalles los deja a tu imaginación, lo que hace que participes de la historia y la adaptes a tu propio agrado.

Uno de los cuentos que más me gustó fue “El mal amigo”. La trama se centra en un personaje que se encuentra agazapado contra un árbol en espera de otro hombre al que planea matar. Lo interesante es que lo hace mientras la Tierra llega a su fin, justo a su alrededor, sin que él no piense en otra cosa que no sea su venganza. Es un cuento de apenas tres hojas, pero no le faltó nada más al autor para hacerte comprender a este personaje; para imaginar y experimentar ese entorno, esa realidad; para asombrarte ante las emociones humanas más comunes y verlas desde un ángulo completamente distinto.

Otro de los cuentos que más me sorprendió fue justamente el que da título al libro: “Después de las bombas”, que plantea una situación real que ocurre muy a menudo en cualquier sociedad, la expectativa del nacimiento del hijo perfecto. Partiendo de esa frase que muy seguido escuchamos decir a las mujeres que no tienen hijos al momento de ver a un niño haciendo berrinche: cuando tenga mis hijos ninguno va a ser así. Esa esperanza que yace hasta en la herencia biológica: ojalá mi hijo nazca con los ojos de la abuela, atormenta a algunos padres a tal grado que la decepción que conlleva cuando el niño en cuestión no cumple estas características, puede devastar a toda la familia. Lema toca este tema de una manera compleja, pues no se trata únicamente de seres humanos. No me gustaría arruinarles la historia, sólo comento que el cuento es muy reflexivo para esta realidad, pese a sus elementos fantásticos, e incentivo a todo el que me lee en estos momentos que busque leerlo también.

Catorce cuentos en este libro, todos con su encanto y mensaje. Cada uno sorprendente, algunos chocantes, pero ciertamente bellos a su manera. Felicito a Gonzalo, espero sinceramente que siga escribiendo más cuentos de esta naturaleza. Quedan “de lujo”.

(*) La autora es escritora.
Fuente: http://www.lostiempos.com/lecturas/varios/varios/20160109/algunos-cuentos-de-gonzalo-lema_328981_730887.html