Entrevista
a Gabriel Chávez Casazola sobre el Primer Encuentro Internacional de Poesía
Por: Cecilia Romero
Por: Cecilia Romero
Fuente: Ecdotica
Sopla el viento de mayo, liviano y húmedo; estamos en
Santa Cruz de la Sierra, en alguna terraza de la ciudad nos recibe el poeta
sucrense Gabriel Chávez Casazola, autor de El agua Iluminada (La
Hoguera 2010) y La mañana se llenará de
jardineros (La
Hoguera, 2014), con su ya característico sombrero Panamá ecuatoriano, de paja
toquilla, testigo y compañero de sus viajes literarios. Así, establecemos un
diálogo sobre el Primer Encuentro Internacional de Poesía en la Ciudad de los
Anillos en el marco de la XV Feria Internacional del Libro de Santa Cruz de la
Sierra.
Un encuentro de distintas voces que arribaron de
diversas geografías, 30 poetas de toda Latinoamérica y que contó con la
presencia del nicaragüense Ernesto Cardenal, Premio Reina Sofía de Poesía
Iberoamericana.
- ¿A qué caminos te lleva la
poesía?
Como reverberación de mi trabajo de escritura de estos
últimos años, la poesía me ha llevado de la mano a varios países y ciudades
donde se realizan encuentros, festivales y lecturas. Allí he podido conocer
muchas voces y apreciar el valor de estos espacios, en los que poetas
internacionales llevan su palabra a una nación y la siembran, al tiempo que
recogen y se llevan consigo la obra de los autores del país que los acogió.
Este diálogo de poéticas es enriquecedor tanto para los creadores como para los
lectores.
Desde esta comprensión, actualmente procuro acercar
poetas internacionales a Santa Cruz, la ciudad donde vivo, pero también a otras
ciudades del país -como Cochabamba, donde se concretó la visita del ecuatoriano
Xavier Oquendo, este pasado marzo, o la publicación en Kipus de un libro del
argentino Carlos Aldazábal- para hacer posible una mutua escucha y un diálogo
que enriquezca la poesía boliviana.
Ya van tres años en que el carácter internacional de
la Feria del Libro de Santa Cruz ha sido marcado por la presencia de poetas
cuya llegada a Bolivia hemos gestionado junto a Paura Rodríguez, mi compañera
de vida. En 2012 arribaron varios poetas de Argentina; en 2013, uno de España y
otro de México; y ahora, en 2014, seis poetas de otras tantas naciones
(Colombia, Brasil, El Salvador, Nicaragua, México y Argentina) para reunirse,
esta vez, en un encuentro internacional formalmente organizado como tal,
gracias a una iniciativa de la Cámara del Libro de Santa Cruz, responsable del
evento, en cuya planificación y realización participé junto a los poetas Oscar
Gutiérrez y Víctor Paz Irusta.
Pero, además, hay otros espacios muy valiosos en Santa
Cruz, como la Semana de la Poesía, que realiza el Centro Patiño, que ha traído
ya a tres poetas internacionales entre 2013 y 2014, o el Postítulo de Escritura
Creativa de la UPSA, dirigido por la narradora Magela Baudoin, donde se han
hecho presentes ya varios autores de otras naciones, y que está convirtiéndose
en un semillero de nuevos creadores en poesía y narrativa.
La delegación de poetas junto a Ernesto Cardenal
- La Ciudad de los Anillos fue el
marco del Primer Encuentro Internacional de Poesía, ¿Podría
hacer una breve evaluación de la jornada donde los poetas nacionales e
internacionales se encontraron?
El encuentro se desarrolló en cinco jornadas. Se
realizaron tres veladas de poesía en la Feria Internacional del Libro, con dos
mesas de lectura cada una, en las cuales se escucharon las voces de casi 30
poetas. Hubo, además, una noche de lectura dedicada de forma exclusiva al poeta
Ernesto Cardenal, que a sus lúcidos 89 años estuvo presente en Bolivia gracias
al apoyo de Fundación “Pedro y Rosa” y el diario El Deber.
Tuvimos la presentación de cinco libros de poetas
internacionales y de tres libros de poetas nacionales participantes en el
encuentro. Y, además, una hermosa lectura de cierre frente al petroglifo de
Samaipata.
Como decía, este tipo de encuentros permiten apreciar
una diversidad de registros y visiones poéticas, tender puentes entre poetas y
ampliar las posibilidades de los lectores de poesía, en un país como el nuestro
donde se importan muy pocos libros del género y apenas se conoce lo que está
sucediendo en la poesía contemporánea, pues estamos desconectados de los
circuitos editoriales y de difusión latinoamericanos y globales.
- Dicen que la poesía es el género mayor,
podrías comentarnos algunas coincidencias temáticas en los autores, vale decir,
un punto al que la poesía confluye y que se evidencia en el encuentro.
En lo personal, me resisto a considerar la poesía como
un género literario más, sea mayor o menor. De hecho, creo que la poesía a
menudo está más cerca de la pintura, de la fotografía, de la visión mística o
de la intuición filosófica que de la narrativa o el ensayo.
Creo también que vivimos una época de voces
singulares, donde no hay movimientos o escuelas tan marcados como en el pasado.
Pese a ello, es interesante descubrir notas comunes en una y otra voz, o bien
suscitaciones comunes que subyacen a la escritura de unos y otros poetas.
Verbigracia, cada vez encuentro más poetas interesados
en acercar la poesía a los lectores, es desencriptarla, en hacerla más humana,
más emocional, más relevante para los lectores y menos un ejercicio verbal
onanístico del poeta, y esto sin que pierda calidad estética ni los
diferenciales del lenguaje que le es propio.
- Sobre la participación de Ernesto
Cardenal podría comentarnos ¿Cuál fue la impresión que pudiste percibir que se
lleva el poeta invitado principal del encuentro sobre la vitalidad de la
literatura boliviana?
La presencia de Cardenal en Santa Cruz fue muy
importante por dos razones: Primero, porque permitió a muchas personas escuchar
a un poeta de talla mayor, interesarse en su poesía y en la poesía -así fuera
por la vía del mito que rodea al nicaragüense-, y conocer los diferentes
registros de su escritura.
Sobre este último punto, quiero destacar que la
lectura de Cardenal en la Feria del Libro fue especialmente valiosa, ya que
escogió poemas de todas las etapas de su vida, desde sus ingeniosos epigramas
para Claudia –cuyo rechazo a los requiebros del poeta sigue siendo vengado por
éste per saecula saeculorum- hasta sus poemas revolucionarios sandinistas,
pasando por su maravillosa etapa mística urbana, tan cercana a la cultura pop
de los años 50 y 60 del siglo XX y a los miedos y quimeras espaciales de la
Guerra Fría; una etapa que dio origen a una poesía única, solo posible en un
monje trapense iluminado por las luces de neón de colores o por el resplandor
de la bomba atómica, y que, como dice Eduardo Chirinos, vio a Dios en el humo
azul de la marihuana.
Pero además, la segunda razón por la que su llegada
fue importante, es porque ayudó a visibilizar el Encuentro de Poesía y la Feria
del Libro, concitando la atención internacional hacia la Bolivia literaria.
Cardenal, asimismo, visitó un centro cultural en un
barrio popular de Santa Cruz, el Centro San Isidro, donde se realiza el taller
de poesía Poetangas, de Gustavo Cárdenas; y la plazuela Callejas, epicentro de
lecturas públicas de poesía en la ciudad de los anillos, pudiendo seguramente
formarse una impresión de estos espacios y, al menos parcialmente, del
acontecer de la poesía boliviana.
- Pasando a otro orden de temas
pero en relación con todo lo anterior ¿Cómo va tu propio proceso, esperamos
nuevo libro o libros de poesía?
Acabo de presentar la edición boliviana de mi libro
más reciente, La mañana se llenará de jardineros, y ahora trabajo en la
revisión de dos antologías de mi poesía, una que está siendo publicada en
Buenos Aires con el título de Cámara de niebla y otra en Quito, a la que debo
darle nombre estos días.
También saldrá una tercera antología en Colombia antes
de fin de año, y hay pendientes invitaciones a publicar en otros países, que
espero lleguen a concretarse en el 2015. Tengo otro libro en preparación, este
sin prisas, y aún no definí la publicación del libro de poesía mística que fue
finalista del Premio “Fernando Rielo”, y que titula A la sombra de tus alas.
- Para finalizar ¿Cómo evalúas el
rol de la Cámara del Libro de Santa Cruz en este encuentro?
Su papel fue central, ya que hicieron posible el
encuentro y lo organizó logística, financiera y operativamente. Mi persona y
los poetas Oscar Gutiérrez y Víctor Paz Irusta asesoramos y coordinamos los
contenidos literarios y viabilizamos la presencia de los poetas, pero el
encuentro es una actividad de la Cámara. Por cierto, los poetas organizadores
estamos muy agradecidos a la Cámara del Libro, a sus directores –Jorge Luis
Rodríguez, Sarita Mansilla, Peter Lewy, entre otros- y a su equipo de trabajo–
Melissa Pereyra, Ninoska Heredia y tantos más-, por comprender el valor de la
poesía y darnos su confianza para construir, entre todos, este encuentro.
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Al terminar este diálogo, resuena en la tarde la
palabra “encuentro” como posibilidad y realidad en este abrir espacios que
generó la ciudad de los anillos abiertos y así en concordancia con la impronta
del paisaje, Gabriel se vuelve transparente y todo vuelve a circular en su
vasto mundo interior, son ya varios años dando a luz libros y artículos,
lugares donde se mantiene viva la noción celebrante donde el lenguaje versa
sobre su barrio de niño, los cines, la soperas de las grandes casas, la
melancolía y la memoria.
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