PENBOLIVIA, filial COCHABAMBA

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sábado, 30 de marzo de 2024

Presentación del libro Eclipses (Norah Zapata-Prill)

 


Pen Bolivia/filial Cochabamba rendió homenaje a Norah Zapata-Prill en el Centro Simón Patiño durante el acto de entrega de su último libro: "Eclipses", un bello poemario donde su calidad poética alcanza niveles de plenitud y excelencia. Estuvieron en la testera Norah Zapata, Benjamín Chávez, Vilma Tapia, Rosalba Guzmán Soriano , Alba Paz Soldán, y Melita del Carpio. Un auditorio repleto escuchó a esta gran poeta nuestra y para disfrutar de su poesía.



Rosalba Guzmán, Alba Paz Soldán, Melita del Carpio, Norah Zapata-Prill, Vilma Tapia y Benjamín Chávez (editor)


Alba Paz Soldán, Melita del Carpio, Fernando Ugalde (ilustrador), Vilma Tapia y Rosalba Guzmán

Intervención de Rosalba Guzmán (extraído del suplementario El Duende, Año XXVIII, Edición 739, 31 de marzo de 2024):
Apreciados amigos que me acompañan en la Testera: Vilma Tapia, Alba María Paz Soldán, Melita del Carpio, Benjamín Chávez y, nuestra entrañablemente querida Norah Zapata-Prill. Es para nosotros tu presencia en esta mesa, en esta Patria el más preciado regalo. Agradezco el honor que me haces al invitarme a comentar esta joya poética, que es, como debe ser, un libro de poesía. Este libro en particular, se lo debemos a Letreo Ediciones, y claro, al editor Benjamín Chávez, otro célebre poeta boliviano. Es la tapa, son los colores, el tipo de papel, el formato, el diseño y las extraordinarias ilustraciones de Fernando Ugalde, los que logran el sortilegio de afilar los sentidos y preparar el paladar del alma. Eclipses, desde su nombre, bordea la indecible oscuridad de la muerte, como Jaime Sáenz, como Blanca Wiethüchter, como Edmundo Camargo, como Fernando Pessoa. Entonces, me pregunto ¿qué tienen estos poetas en común? y lo que tuvieron, como Norah ahora, es la experiencia de bordear y bordar el vacío. Sólo los grandes poetas logran decir lo indecible, sólo aquellos a quienes les está otorgado por los dioses la elocuencia del saber sobre el dolor, la soledad ignota y el desconsuelo, la evidencia de haber nacido solos y acercarse al abismo también solos. El cuerpo es un amasijo de golpes del destino, una maraña de discontinuidades, Lacan dice que nace un organismo vivo, y que sólo se hace cuerpo cuando es tocado por el significante, cuando la cuna simbólica que lo recibe lo hace existir. Pero hay algo imposible de nombrar, algo inatrapable que es lo real, no referido a la realidad, sino al vacío, el agujero en la cadena de significaciones. Con el cuerpo se ama y se odia, con el cuerpo se complace y se goza. El goce no es un sinónimo de placer y bienestar, el goce, dice Freud es lo que está más allá del principio de placer. Miller en su seminario “Todo el mundo es loco” dirá que el goce “es el índice de un disfuncionamiento absoluto, una relación trastornada del ser hablante con su propio cuerpo”; Desde allí, desde lo imposible de nombrar desde este vértice-bisagra entre la vida y la muerte, es que Norah inventa en su propia lengua poética un decir sobre la muerte. Cada verso, cada poema guarda en su estructura un lugar en el espacio, y los espacios vacíos hablan. Los silencios hablan. Su poética es palabra viva que dice más allá de la metáfora, palabra viva que metaforiza lo real, que habita el intersticio en el que el inconsciente y la poesía logran rozarse en los pliegues de la esa piel compartida en ese umbral. Y así su poesía logra un decir de lo que no puede ser dicho. Su voz poética no se registra en la sintaxis prosaica de los dichos, va siempre más allá y así se constituye en una esfera de significaciones agalmáticas que procuran resonancias en el cuerpo del lector, uno por uno en el contubernio que provoca en la subjetividad de cada quién. La poesía genera poesía desde sus resonancias. Para ello hay que vaciarse, escuchar desde el propio silencio. Un ejemplo mísero de lo que en mí ha provocado esta lectura, las imágenes que han resonado en mi subjetividad, son las que a continuación se las ofrezco, sobre base no de la música, no de voz, sino del silencio interior. Les pido entonces que sólo observen lean y sientan.Solo me queda agradecerte querida Norah por esta obra de arte que hoy tengo la felicidad de presentar junto a este grupo emocionado de colegas. Nota del editor: En este punto, la autora expuso imágenes acompañadas de algunos versos de los poemas del libro Eclipses





jueves, 28 de marzo de 2024

Mejor me callo


Como todos los años el día 21 de marzo, PEN Cochabamba celebró en el aula magna de la facultad de humanidades de la Universidad Mayor de San Simón, el día internacional de la poesía, oportunidad que siempre se aprovecha para sensibilizar sobre los objetivos y el trabajo realizado por este ente internacional que aglutina a escritoras y escritores en más de 100 países en el mundo y defiende la libertad de expresión.

Como es sabido, en los últimos años, la situación al respecto se deterioró bastante en Bolivia. Especialmente, la presión del gobierno sobre la prensa independiente ha aumentado considerablemente. Cada vez más periodistas son agredidos y amenazados; el año pasado incluso un periódico y una radio se vieron obligados a cerrar (Página Siete y Radio FM Bolivia en los Yungas), y otro periódico (Los Tiempos) fue adquirido por un empresario cercano al gobierno, lo que fue una especie de adquisición forzosa porque estaba acorralado económicamente. Por esta razón, en Bolivia cada vez existen menos medios de comunicación independientes u opositores, y los que aún existen muchos suelen autocensurarse para evitar ser incluidos en la lista negra del gobierno.

Por consiguiente, durante el evento en homenaje al día de la poesía pusimos la instalación „Mejor me callo“ y una silla vacía dedicada a los medios de comunicación mencionados, cuyos nombres y logos se proyectaban a la pantalla en el escenario mientras se leían las poesías multilingües tales como se leen usualmente en esa oportunidad. El año pasado constatamos una veintena de 21 vulneraciones a la libertad de expresión, documentadas en la prensa, sobre todo en los diarios Los Tiempos, El Deber y Correo del Sur. La Asociación de prensa (ANP) a su lado reportó un total de 73 agresiones físicas y verbales a periodistas de diferentes medios de comunicación. Con estos índices, se ubica a "Bolivia como uno de los países de más alto riesgo en el ejercicio libre del periodismo". Definitivamente, no son buenas noticias y lamentablemente las cosas no apuntan a mejorar.  





lunes, 11 de marzo de 2024

En memoria de Gaby Vallejo

 

Gaby Vallejo y su editor Werner Guttentag (al centro), en una reunión de PEN


"¿Literatura en Bolivia? ¡Imposible!", me dijo una vez alguien cuando quise debatir con él sobre literatura boliviana –y eso es exactamente lo que está escrito en la contratapa del libro "Guttentag - La vida del editor judío Werner Guttentag entre Alemania y Bolivia", que publiqué hace algunos años.  Lo "imposible" se hizo "posible" en 1950, cuando Werner Guttentag, que había llegado a Bolivia como refugiado judío-alemán a finales de 1939, tomó la trascendental decisión de difundir la literatura boliviana en su recién fundada editorial Los Amigos del Libro. Una de las primeras autoras que publicó fue Gaby Vallejo, nacida en 1941 en Tarata, bastión de los poderosos terratenientes en una época en que los indígenas todavía eran peones en las haciendas como siervos sin voz ni voto.

De niña, Gaby Vallejo fue testigo de la revolución de 1952, cuando los siervos fueron liberados del régimen feudal y la tierra se repartió a quienes la trabajaban. Describió estos acontecimientos en su novela "Hijo de Opa", con la que ganó en 1976 el premio de novela "Erich Guttentag" establecido por el editor Werner Guttentag. Desde entonces, el libro se convirtió en un clásico de la literatura boliviana y en uno de sus mayores éxitos de venta. A parte de innumerables reediciones, fue traducido al inglés y llevado al cine. La obra no sólo manifiesta los destinos humanos de las víctimas, sino también de los agresores a través de los hijos de un terrateniente que lo pierden todo en la reforma agraria mencionada. El latifundio y la servidumbre, implantados a la llegada de los españoles en el siglo XVI y mantenidos hasta 1952, eran sin duda las principales causas de las injusticias sociales y raciales que aún hoy existen en Bolivia hasta hoy en día pese a los importantes progresos que se han logrado en los últimos tiempos.

Ya en 1973, la joven escritora se dio a conocer cuando, en plena dictadura militar, publicó la novela "Los Vulnerables", en la que reflexionaba sobre el entorno y el fracaso de la guerrilla urbana a través un grupo de adolescentes y estudiantes que apoyaban la lucha del Che Guevara en Ñancahuazu. "Sí, claro, era literatura de protesta, de denuncia y crítica social en el sentido del Che Guevara", afirmó en una de nuestras conversaciones. Gaby Vallejo y otros escritores de mentalidad abierta, incluido su editor Guttentag, arriesgaron literalmente su pellejo en aquella época. Este círculo adquirió una gran notoriedad no sólo en Bolivia, sino también en el resto del continente y con sus libros contribuyó, sin ninguna duda, decisivamente a crear el clima intelectual para el retorno a la democracia y a lograr una fortificación de los valores nativos en la sociedad boliviana.

Tras el retorno a la democracia en 1982, Gaby Vallejo fue una de las primeras autoras bolivianas que abogó en sus libros por la emancipación de la mujer. Inolvidable quedó el episodio en el que, con motivo del 50 aniversario de la editorial Los Amigos del Libro, rechazó un ramo de flores que quisieron entregarle. "Todos los varones recibieron un paquete de libros y las mujeres un ramo de flores", contó sonriendo. "Cuando llegó mi turno, agarré el micrófono y dije que yo era una mujer que leía posiblemente más que todos los hombres juntos que habían recibido un paquete de libros, así que, por favor, que a mí también me regalen libros en vez de flores. Me dieron los libros, y entregué mis rosas al hombre que subió al escenario a continuación".

Gaby Vallejo, maestra y pedagoga de formación, también escribía literatura infantil, y eso con el mismo compromiso que mostró en la literatura de protesta y de mujeres. Ejemplos de ello son los cuentos "Juvenal Nina" (1981) y "Mi primo es mi papá" (1989). Juvenal Nina es un niño campesino que es transportado milagrosamente al pasado y experimenta la grandeza de sus antepasados, los incas. En "Mi primo es mi papá" influyó la experiencia de vida de la propia escritora referente al machismo y la violencia, muy extendidos en nuestro país. Según sus palabras, escribió la historia para concientizar a sus hijos respecto al tema, entre ellos Américo que más tarde lo perdió trágicamente por una enfermedad.

Igualmente demostró su compromiso para los más pequeños, cuando con un grupo de profesoras fundó una biblioteca para niñas y niños socialmente desfavorecidos, llamada Thuruchapitas, "mejillas de barro". Parte de esta actividad consistían en la organización de rondas escolares, mesas redondas de niños lectores, diferentes talleres y campañas de lectura en las cuales, por ejemplo, varios autores leyeron sus obras en micros de transporte público. Enseñó durante mucho tiempo como docente de literatura en la Universidad Mayor de San Simón y fue la iniciadora y presidenta del centro PEN Bolivia, una asociación internacional de escritores que defiende la libertad de expresión.

Durante su gestión en PEN, una vez el gobierno retrasó el pago de un importante premio de literatura, dotado con una suma de dinero, porque el ganador había sido supuestamente "racista" y había publicado artículos de prensa críticos con el Gobierno. "Una democracia no tiene por qué tener miedo a las palabras", declaró en esa oportunidad valiente y públicamente. "Sólo las dictaduras tienen miedo a las palabras". Gaby Vallejo acababa de cumplir 70 años en ese momento y no estaba cansada ni callada para nada – y así fue hasta el día de su sorpresivo fallecimiento hace unas pocas semanas atrás.

Por Stefan Gurtner, educador y escritor, miembro de PEN-Bolivia filial Cochabamba