PENBOLIVIA, filial COCHABAMBA

PENBOLIVIA, filial COCHABAMBA

martes, 27 de octubre de 2015

GABY VALLEJO, UNA GRAN ESCRITORA

 

En la IX Feria Internacional del Libro de Cochabamba, 2015, la escritora Gaby Vallejo Canedo recibió por parte de la Cámara Departamental del Libro de Cochabamba, un merecido homenaje por su encomiable labor por el desarrollo de la literatura nacional.  

Estuvieron presentes en dicho homenaje miembros del PENBOLIVIA filial Cochabamba para reconocer el enorme trabajo de Gaby Vallejo en pro de la literatura boliviana.

Melita del Carpio y Gastón Cornejo resaltaron la labor y el aporte de Gaby Vallejo a las letras cochabambinas y bolivianas con más de 40 libros publicados en Bolivia y en el exterior.

 

Perfil de la escritora: 

Gaby Vallejo, por la escritura y la lectura


Carla López Gamboa, Los Tiempos

"Era niña cuando los himnos y las canciones escolares me conmovían. Era como una vibración interior, un descubrimiento de lo que pueden decir las palabras. Pero escribí un primer poema de amor a los 15 años, un poema que jamás se publicó, a cerca de un amor juvenil inocente y prohíbo al mismo tiempo".
Con esas palabras explica la escritora Gaby Vallejo Canedo el cómo y el cuándo nace en ella su gusto por la escritura.

Autora de una gran variedad de libros y dedicada en las últimas tres décadas a fomentar la lectura infantil a través de la Biblioteca Thuruchapitas, Gaby Vallejo recibirá esta noche, a las 19:30 en el salón Werner Guttentag de la FILC, un reconocimiento que será otorgado por la Cámara Departamental del Libro de Cochabamba.

PAPEL PERIÓDICO

"Mis primeros trabajos literarios se publicaron en el periódico Presencia Literaria, en La Paz, que dirigía monseñor Juan Quirós. Unos fragmentos de un estudio sobre "Raza de Bronce" de Alcides Arguedas que presenté como trabajo final en Bogotá en el Instituto Caro y Cuervo, donde cursaba un diplomado de un año de Literatura Hispano-americana", dice Vallejo sobre sus primeros textos de escritora publicados en Bolivia.

A la fecha, Gaby Vallejo tiene más de 40 libros publicados, "tomando en cuenta los cuentos para niños, novelas, libros de relatos, de ensayo, de estudios diversos".



"HIJO DE OPA"

Sin duda, uno de los libros escritos por Gaby Vallejo y que ha logrado posicionarse en la cultura boliviana ha sido "Hijo de Opa", novela llevada al cine por Paolo Agazzi con el título de "Los Hermanos Cartagena".

Incluso para su autora –quien aclara que sería injusto elegir como favorito un solo libro de entre todos los que ha escrito–, "Hijo de Opa" se ubica como primero en la lista "porque se ha editado 14.000 ejemplares con la editorial Los Amigos del Libro y ahora en una edición más compleja porque está el trabajo de interpretación de mi traductora al inglés, Alice Weldon, un trabajo de Adolfo Cáceres y una introducción de Paolo Agazzi que se empeñó en poner una versión libre de la novela al cine con el nombre de 'Los Hermanos Cartagena'”.

Es tan icónica esta novela que "Hijo de Opa" puede encontrarse en versión digital "en Google y Apple para los que quieran bajarla a su iPad o a su tablet a través de Ediciones Vínculos que se encarga de vincular a los escritores con estas plataformas", explica la escritora.



INFLUENCIA EN OTRAS ARTES

"Mis otras obras han tenido la magia de convocar a otros artistas, como a Edson Ontiveros que ha puesto por seis años seguidos la novela para niños 'Juvenal Nina', a ballet, con distinta coreografía y escenografía cada año", cuenta Gaby Vallejo.

"No puedo olvidar la adaptación que el grupo de teatro Cirujas de La Paz ha logrado del cuento 'Wara y el sudor del sol' a una pieza de teatro de hora y media. Con ella ha ganado el primer premio del Peter Travesi y la mayoría de las categorías, como ser Dirección, Primera actriz, etcétera. Luego han llevado la obra por distintas ciudades de otros países. Todo un periplo, del cual tengo incluso las notas de prensa".

"Del mismo modo", cuenta Gaby, "Beatriz de la Parra y el Grupo de Teatro Arte, ha puesto en multimedia un cuento del libro 'Del Placer y la Muerte'”.

La influencia de las obras literarias escritas por Vallejo Canedo no se queda ahí, también "varias escuelas han creado adaptaciones de 'Juvenal Nina', de 'El Concurso'".



VIAJERA INCANSABLE

Gaby Vallejo es una escritora que viaja constantemente, llevando a diferentes latitudes su obra y también la literatura boliviana. Y en todo su trajín ha logrado conocer, circunstancialmente –aclara– a escritores como Mario Vargas Llosa, Günter Grass, Rosa Montero, Sergio Ramírez, Salman Rushdie, Gloria Guardia, Roberto Inocenti, Antonio Orlando Rodríguez, Sergio Andrecaín, Gioconda Belli, Enrique Díaz, Alga Marina Elizagaray, Marcos Aguines y otros muchos.

Ahora mismo, Gaby Vallejo ha sido invitada por el Municipio de Salta (Argentina) a celebrar el bicentenario del nacimiento de Juana Manuela Gorriti, escritora argentina del siglo XIX, que fue esposa del presidente boliviano Manuel Isidoro Belzu. "Esta invitación responde a una actitud de muchos países de recuperar a las escritoras que fueron silenciadas por el tiempo, pero sobre todo, por un machismo velado", dice a propósito de su próximo viaje.

Además de escritora incansable, hace más de dos décadas que Gaby Vallejo se ha embarcado en el oficio de fomentar la lectura infantil, tanto en quienes enseñan a leer como en quienes aprenden.



FOMENTO A LA LECTURA

La satisfacción que ha logrado en este ámbito se traduce en "ver como se comprometen con los proyectos cada vez más docentes. Ver cómo crecen los niños lectores de la biblioteca en reflexión, lecturas y personalidad. Ver cómo aparecen familias lectoras. Se nos reconoce internacionalmente, por ejemplo, el año 2003, nos ha dado un premio Internacional del IBBY a la Promoción de Lectura, en la Feria del Libro de Bolonia, Italia, la más grande Feria del mundo en Literatura Infantil", cuenta Gaby Vallejo.

 A la fecha tiene más de 40 libros publicados, tomando en cuenta los cuentos para niños, novelas, libros de relatos.

Hace más de dos décadas que Gaby Vallejo se ha embarcado en el oficio de fomentar la lectura infantil.

PREMIO GUTTENTAG DE NOVELA

Profesora de Literatura y Lenguaje, licenciada en Ciencias de la Educación y con postgrados en Literatura Hispanoamericana, Interculturalidad, Bilingüismo y Literatura Infantil, la cochabambina Gaby Vallejo Canedo ganó en 1978 el Premio Nacional de Novela Erich Guttentag con su novela "Hijo de Opa".

Esta obra puede ser encontrada en versión digital gracias a una iniciativa de Ernesto Martínez Acchini de Ediciones Vínculos.

"Hijo de Opa" narra paralelamente la desintegración de una familia y de Bolivia, "debido a la corrupción, golpes militares, violencia familiar y social", según se publica en el portal web de Vallejo.



FAMILIAS LECTORAS

Bajo el nombre de Familias Lectoras, el IBBY-Bolivia y la Biblioteca Thruchapitas han ejecutado en varios barrios alejados de la ciudad de Cochabamba, un proyecto que impulsa a leer en familia y que a la fecha dio buenos resultados, producto de ello son dos libros escritos por los integrantes de Familias Lectoras.

El IBBY- Bolivia, representado por la escritora Gaby Vallejo y un equipo de docentes, han desarrollado este proyecto en cinco etapas: compra de libros adecuados a las culturas de los pueblos bilingües, capacitación de las animadoras comprometidas con el proyecto, lectura crítica de los libros, elaboración de estrategias de lectura y comunicación relacionadas con los materiales de lectura y al final una evaluación entre los protagonistas.



FOMENTO A LA LECTURA INFANTIL

El proyecto de Gaby Vallejo de fomentar la lectura infantil y de fundar hace más de dos décadas la Biblioteca Thuruchapitas, "nace de la decisión, con un grupo de docentes, al ver que Bolivia está siempre a la zaga en producción de libros producción de libros y en proyectos de promoción de lectura".

"Vergonzosamente –dice la escritora– somos un país sin bibliotecas escolares e infantiles, sin un plan nacional de lectura. Entonces, desde años atrás, empezamos el proyecto de la Biblioteca Thuruchapitas, con algunas docentes. Estamos cumpliendo 25 años de funcionamiento y tenemos muchos premios y proyectos que mostrar como modelos de trabajo".


Con un estand en la FILC

IBBY Y THURUCHAPITAS

Hace 25 años Gaby Vallejo creó junto a varias maestras la Biblioteca Thuruchapitas, especializada en literatura infantil y juvenil boliviana e internacional. Con Thuruchapitas ya ha publicado una diversidad de libros, revistas y folletos. Esta biblioteca, como en años anteriores, está presente en la Feria Internacional del Libro de Cochabamba con un estand y bajo el ala de IBBY-Bolivia, de la que Vallejo es representante.



LIBROS FAVORITOS

Para Gaby, las mejores obras de autores cochabambinos escritas en la última década son: “Potosí 1600”, de Ramón Rocha Monroy; “La Doncella del Barón Cementerio”, de Eduardo Scott-Moreno; ”El exilio voluntario”, de Claudio Ferrufino; “El charanguista de Boquerón”, de Adolfo Cáceres Romero; "Amalia desde el espejo del Tiempo”, de Gaby Vallejo ("No soy modesta", dijo); “Norte” e “Iris”, de Edmundo Paz Soldán; “Siempre fuimos familia”, de Gonzalo Lema; “Diccionario crítico de novelistas bolivianas”, de Willy Muñoz; y “Mamá, cuéntame otra vez”, de Amalia Decker.

Fuente: http://www.lostiempos.com/especiales/edicion/especiales/20151021/gaby-vallejo-por-la-escritura-y-la-lectura_319849_709621.html

HOMENAJE AL ESCRITOR ADOLFO CACERES ROMERO EN LA FERIA DEL LIBRO CBBA 2015


"Se rindió un merecido homenaje al escritor Adolfo Cáceres Romero, miembro honorario del PENCOCHABAMBA, en la IX Feria Internacional del Libro de Cochabamba 2015, organizado por la Cámara Departamental del Libro de Cochabamba"
 

Homenaje de Cochabamba a Adolfo Cáceres Romero

Gastón Cornejo Bascopé


Me concede un verdadero honor el escritor y maestro don Adolfo Cáceres Romero para tener presencia en la noble tribuna que festeja su homenaje y en la feliz ocasión en que Cochabamba a través de la Cámara del Libro lo distingue como a una figura literaria sobresaliente en la Feria 2015.

Gran comentario se puede lograr de su proficua labor de escritor y experto en el arte de la palabra. Profesor de Lenguaje y Literatura. Egresado de la Normal Superior Católica de Cochabamba. Especializado en Uruguay y España en 1965 y 1971.Catedrático y Decano de la Facultad de Humanidades de la UMSS.

Su obra es reconocida en múltiples instituciones: Premio Nacional de la universidad de Oruro, Premio municipal de literatura en Cochabamba, premio Franz Tamayo en La Paz, Premio nacional de novela Macelo Quiroga Santa Cruz. Mención de honor por la editorial Atlántida en Buenos Aires Argentina. Premio nacional Adela Zamudio. Medalla de Oro de los Clubes de libros de Bolivia.

“Ciudadano Meritorio”. H. Alcaldía Municipal de Cochabamba 1988. Ciudadano Meritorio” H. Cámara de Diputados. 2009. Gran Orden Boliviana de la Educación, en el grado de “Comendador”. 6 de junio de 1990.

Numerosas obras de su productividad creativa han sido premiadas por organismos de importancia,  traducidas y comentadas en medios jerárquicos  de crítica nacional e internacional. Enumeremos las principales: “La mansión de los elegidos” y “Las víctimas” (con entrañables protagonistas) , “La saga del esclavo” (gran novela histórica que cuestiona a Castelli y al Ejército Auxiliar del Río de La Plata), “Octubre negro” , “El Charanguista de Boquerón”, “El último Khipukamayu”, “Galar” “Copagira”, “Los golpes”, “La hora de los ángeles”, “Entre ángeles y golpes”, “Cinco noches de boda”, “El despertar de la bella durmiente”  “La Guerra del Agua”, “El puente de los suicidas” Cuentos y novelas de enorme importancia literaria.

Especial mención merecen los cuatro tomos de la “Nueva Historia de la Literatura Boliviana” Esforzado trabajo donde relieva sobe todo el enfoque del tema marítimo a propósito de los poetas cantores del mar cautivo. La inmensa obra se complementa con el “Diccionario de la Literatura Boliviana”. El “Manual Práctico de Redacción”con nueve reediciones, y Antologías”, “Poesía Boliviana del siglo XX”, “Poesía Quechua en Bolivia”, “Poesía Quechua del Tawantinsuyu”, “Narrativa Quechua del Tawantinsuyu” “Ollantay”.

En suma, su viaje de nauta infatigable de constante superación alcanzó horizontes de jerarquía académica, docencia, escritura, investigación, producción literaria Adolfo Cáceres induce a los jóvenes escritores de  la patria a profundizar la esencia de los mitos ancestrales; mitos que emergen de nuestras montañas y de los llanosamazónicos. Prepara una antología de cuentos extraordinarios de Bolivia, partiendo de esos mitos insertados en cuentos aimaras, quechuas y tupi-guaraníes. Y una antología de escritores bolivianos del exterior de real importancia.

Para la valoración de la intelectualidad y la juventud boliviana que debe conocer su obra, importa remarcar que, muchas obras suyas tienen múltiples reediciones y han sido traducidas a ediciones bilingües de español – francés, así como a otros idiomas alemán, inglés,  noruego,  sueco, holandés, japonés y también originarios de la patria.

En lo personal, nos une lazos de profunda afectividad familiar, la historia y los sentimientos de seres entrañables, el padre político Arturo Solis Bascopé, héroe  de “Tres pasos al frente” herido en el Chaco. Su querida esposa Rosario Solís Jordán que secunda esforzadamente la labor del escritor, sus hijos de jerarquizada formación, toda una familia modelo en valores morales y en dignidad humana.

Como médico familiar suyo, evoco una crisis de salud que amenazó la valiosa existencia de nuestro homenajeado. Cuánta valiosa producción no habría existido; gracias a Dios superó la dolencia casi fatal con estoicismo y prosiguió su obra creativa. Albricias para la cultura nacional.

Hago público la profunda admiración que siempre despertó en mí su dedicación absoluta de escritor sencillo y humilde, pero magnífico, distinguido y noble en el horizonte de los escritores de Cochabamba. Su labor diaria de trabajo incesante, sin límite de horario ni descanso físico, su entrega espiritual a su familia como solícito esposo, padre responsable, selecto educador en magisterio cognitivo pleno de cálida ternura. En el registro personal de las biografías respetables, Adolfo Cáceres Romero ocupa un lugar principal; tiene en mi mente y en mi corazón la imagen exclusiva de un hombre de bien, de un intelectual destacado en la contemporaneidad de los valores nacionales. Nos honra a todos su existencia.

Fuente: http://www.elperiodico-digital.com/homenaje-de-cochabamba-a-adolfo-caceres-romero/

Cachín Antezana, la extrema habilidad posible


Martín Zelaya Sánchez, Letra Siete

“Creo que puedo decir que yo fui un ser racional, libre y constituido -lo que pasa cuando tomas una decisión estando consciente de sus consecuencias-, a mis siete años. Fui a una librería a comprar un libro de texto pero no había, y me dijeron que iba a llegar en una semana. Solo tenía que esperar, pero vi en los estantes Los tigres de Mompracem de Salgari y quedé encantado. Sabía que podía comprarme el libro con el dinero que tenía. Pensé que tal vez mi padre me iba a dar una paliza, pero temía que si no me lo llevaba después ya no habría… y lo hice. Esa fue mi primera decisión”.
A Luis Antezana le cuesta hablar de sí mismo y más aún con una grabadora delante. Recién se suelta al segundo café y tras varios cigarrillos, aunque en el pequeño reloj de un cafetín del centro de Cochabamba apenas dan las 10 de la mañana. Mientras tanto, el tiempo no se pierde, ni mucho menos. Hablamos de tenis, fútbol y música y se reafirma así una idea que se repite a lo largo de su valiosa obra ensayística: el maestro orureño no es más que un observador atento y acucioso en busca de la estética, “de la extrema habilidad posible”, de la belleza… ya sea en un poema, en una lúcida reflexión, en la genialidad de un futbolista o en una conmovedora canción.

Primeros años. Formación
Como no ocurre con muchas personas, al hablar del recorrido profesional, académico de Cachín se habla al mismo tiempo de su historia de vida. “Feliz de aquel que trabaje en lo que ama”, repiten los viejos en tono cursi. Pero el lugar común cobra sentido cuando el mayor placer de uno le sirve de paso para ganarse la vida.
Media hora antes de sentarnos en el bolichito, el maestro me recibió en una pequeña antesala de su casa. Un ambiente rectangular más bien modesto y alejado del ubicuo sol de la Llajta, y que desde hace años es casi de su uso exclusivo. Allí está lo que más quiere y necesita: sus libros (no todos, pero los esenciales), su computadora y un televisor de buen tamaño que ese instante, claro, estaba sintonizado en un canal deportivo que retransmitía la liga alemana.
No hay un Luis H. Antezana J. -que así es como firma Luis Huáscar Antezana Juárez, Cachín para los amigos y alumnos-  lector o crítico, otro docente y otro semiólogo. Es uno solo.
Indudablemente sus tres grandes pasiones, modos de vida y de trabajo fueron y son la lectura crítica de la literatura, la docencia y la investigación. “Van juntas todas. Para poder enseñar hay que leer, hay que aprender a leer y hay que aprender a enseñar”, afirma.
A sus 72 años, el ilustre académico nacido en Oruro y asentado hace mucho en Cochabamba, recibirá un reconocimiento definitivo y justiciero: el doctorado honoris causa otorgado por la Universidad Mayor de San Andrés que le será conferido este lunes 26 en La Paz; razón más que suficiente para buscarlo, interrumpir su sábado futbolero y lograr una generosa conversación con un solo objetivo: la evocación.
“De Oruro, mis primeros recuerdos son posteriores a mi primera niñez, muy fragmentarios, porque entre mis cinco y 10 años viví en Tupiza, donde mi padre consiguió trabajo como administrador del cine Suipacha, y ahí hice la primeria. Alguna vez dije que todo lo que me gusta lo hice de niño en Tupiza, porque ahí aprendí a leer y escribir y quién iba a decir que después mi profesión iba a ser eso, leer y escribir”.
De Tupiza guarda además otro recuerdo que determinaría su vocación, su acercamiento al cine “que siempre ha sido fundamental en mi interés cultural” y con seguridad le ayudó en su perspectiva de análisis y noción estética.
En 1961 salió por primera vez del país gracias a una beca de intercambio, y luego de adelantar sus exámenes finales de bachillerato en el colegio Alemán de Oruro. Por entonces, confiesa, aún no había decidido qué iba a estudiar, aunque tenía dos opciones claras: los números, para los cuales tenía un talento natural, y las letras.
“Siempre he leído bastante. Mi afición por la lectura nació con revistas argentinas de historietas. No te hablo de El pato Donald, sino de series de historietas, trabajos de escritores, de artistas que concebían una trama literaria, o que adaptaban obras consideradas juveniles de Julio Verne, Emilio Salgari…”.
Pero inclusive cuando cursaba ya secundaria no se consideraba aún un literato en ciernes. “Más que todo jugaba al fútbol, correteaba todo el día detrás de la pelota, hasta que en la materia de literatura, ya en los últimos años, la profesora me dio a leer La vida nueva, de Dante. Siempre he dicho que ese fue el primer libro que me marcó profundamente”.

Juventud. Vocación
Ya bien lanzado en la remembranza, no hay quien lo pare. ¡Suerte la nuestra! Cachín se pide otro café, abre un nuevo paquete de cigarrillos y se preocupa de que se acabe la batería del teléfono-grabadora-cámara fotográfica-internet, todo en uno.
“Tras la experiencia en EEUU volví a Oruro y decidí estudiar ingeniería química porque me seguían gustando mucho las ciencias exactas. Me fui a La Plata donde al pasar los cursos me orienté a la electrónica, pero muy pronto me di cuenta de que mi futuro como ingeniero electrónico, en Bolivia, no existía… y decidí dedicarme a la docencia de física y matemáticas”.
Así fue como, a su regreso al país, se decantó por la Normal de Cochabamba. “Como ya tenía un nivel avanzado en matemáticas, física y química, me puse a estudiar paralelamente para profesor de literatura y lenguaje, porque leer era lo que más disfrutaba. Pero de todas maneras, ya me ganaba la vida dando clases particulares de matemáticas”.
Seguramente habría acabado como un excelente maestro de ciencias exactas -como finalmente lo es de literatura y semiología- pero cuando culminaba la Normal le llegó una beca de posgrado para la Universidad del Sur de California donde, por supuesto, escogió la mención de letras.
Fue allí donde amplió su panorama de lecturas y a la par de profundizar a Borges (su primer “flechazo” serio), se empapó del emergente boom de la literatura latinoamericana.
La docencia ya era una realidad y empezaba a abrirse en su mente el universo de la investigación, del análisis semántico y semiológico, pero ¿y qué de la ficción? ¿Nunca pasó por su mente escribir prosa o poesía?
“Jamás”, se apresura a responder, contundente.  “Sabía que era incapaz. Así como a mis siete años sabía que era un ser racional, a mis 12 ó 14 sabía que lo mío era leer”.
Fue en su primera juventud, también, cuando se consolidaron otras dos grandes pasiones: la música -desde la inigualable voz de Gladys Moreno hasta el jazz en sus distintas variedades, pasando por Leonard Cohen- y el fútbol.
“Otra vez la culpa es de Tupiza -dice a propósito del balompié-. Mi padre me llevaba a ver partidos a la canchita municipal y ahí un día ubiqué a un llok’alla que manejaba la pelota como los dioses. Recién mucho después supe que era Víctor Agustín Ugarte”.
Ahí nació la fascinación. Además de su amor por el juego como tal, muy temprano descubrió algo que muchos hinchas fanáticos a veces apenas llegan a intuir: la estética del fútbol, que se acrecentó a su vuelta a Oruro en la época dorada de San José.
Al regreso del café, mientras el maestro mete en un sobre unos documentos que me encomienda para La Paz, pausado en la computadora de la sala de su casa, está el disco de Enrique Morente en homenaje a Lorca. La música no falta casi nunca en sus días o sus noches, entre libros, Kindle, o un partido de fútbol de cualquier liga.
“Lo mío con la música no tiene que ver con la formación clásica. La música es una permanente canción de cuna que me tiene que enrollar y acunar. Me quedo con las canciones o melodías que me acompañan, porque no tengo el oído para apreciar la maravilla musical con rigurosidad… El jazz y Leonard Cohen me acompañan toda la vida”.

El maestro, el referente. Consolidación
Antes de terminar su posgrado en California, Luis tuvo que regresar repentinamente a Oruro debido al fallecimiento de su padre. Se quedó varios meses acompañando a su madre, hasta que se presentó la posibilidad de otra beca en Bélgica donde finalmente se doctoró, en 1974, con una brillante tesis sobre Jorge Luis Borges publicada después como Álgebra y fuego. Lectura de Borges.
“Ya había leído todo Borges de arriba abajo. Conocía sus libros de memoria, así que tuve sobre todo que aprender el análisis semiótico”. Indudablemente el gran escritor argentino es uno de sus referentes fundamentales, así como otros cuatro o cinco nombres de autores bolivianos sobre los que más adelante dejamos que se explaye: Carlos Medinaceli, Óscar Cerruto, Jaime Saenz y Jesús Urzagasti.
En el marco del Congreso Internacional Barthes Amateur, Luis H. Antezana J. recibirá el doctorado honoris causa. Nada más oportuno que premiar al genial investigador y crítico boliviano, que evocando el centenario del francés que fue pilar del análisis semiológico y referente de la investigación semiótica y lingüística en la literatura.
Investigación y crítica. Semiología y literatura. “Para mí, ambas van juntas -señala. Trato de leer el texto literario no tanto por su posible contenido sino por su forma, por la manera como trabaja, como funciona, una herencia -claro- de mi formación semiótica. Jamás van a ver que yo haga crítica de valor, nunca digo esta obra es buena o es mala; digo esta obra funciona así, o no funciona por esto”.
Con varios cafés y cigarrillos encima -aunque no tan arriba como el terrible sol del mediodía- apagamos el omnisciente smartphone y caminamos hablando, por supuesto, de fútbol y música. ¿Realmente era tan bueno el Maestro Ugarte? ¿Ya conoce el último disco de Leonard Cohen y el video del que tal vez haya sido su último recital?
De pronto, no sé cómo, se entromete un tercer tema, el tenis. “Ugarte -comenta- era como Iniesta ahora, pero mucho más talentoso y elegante, una máquina de hacer pases maravillosos para que otros hagan el gol… y es que eso es lo que hay que buscar, la genialidad, la belleza; después de ver al Barcelona de hace dos o tres años, qué más puedes esperar del fútbol. O después de ver las maravillas que hace Federer con la raqueta, el tenis nunca podrá parecerte igual. Hay que estar atentos para no dejar pasar la ocasión de apreciar la extrema habilidad posible”.
El destino en el que no creo, me regaló esta vez la oportunidad de no desaprovechar la extrema habilidad posible que solo Cachín Antezana encarna.

Apoyo 1

Un legado imprescindible

Todo el bagaje y aprendizaje de Luis Antezana en más de 50 años de reflexión e investigación se reflejan en casi una decena de libros.
A fines de los 70, ya consolidado como uno de los grandes intelectuales bolivianos, y mientras pergeñaba entrevistas, reseñas y comentarios en la revista Hipótesis que codirigía con Gustavo Soto, o “cometía la locura de viajar cada semana a dar clases durante tres días a La Paz”, publicó sus primeros libros: Elementos de semiótica literaria (1977) y Algebra y fuego. Lectura de Borges (1978), la tesis con la que años antes se había doctorado.
Sobre el semestre maratónico de 1979, no puede obviarse acá una anécdota: “me quedaba una semana en casa de Jesús Urzagasti y otra en la de René Poppe. Todos los lunes, al bajar del aeropuerto, visitaba a Cerruto en la cancillería y charlábamos largo y tendido, pero nunca quiso darme una entrevista. Los martes almorzaba con Julio de la Vega y los miércoles con René Bascopé… y del trasnoche de miércoles, generalmente por jugar cacho en la casa de Jaime Sanez, al aeropuerto”.
En los años 80, en los que vivió ocasionalmente fuera del país “investigando teorías de la lectura en Alemania” y en otros países, editó Teorías de la lectura (1984), Tendencias actuales en la literatura boliviana (1985) y Ensayos y lecturas (1986).
En la década final del siglo XX, ya asentado en las reparticiones de investigación social de la Universidad Mayor de San Simón, sacó tres publicaciones: La diversidad social en Zavaleta Mercado (1991); Sentidos comunes (1995); y Un pajarillo llamado “Mané”. Notas al pie de su fútbol (1998).
Finalmente, ya en la década actual, Plural editores reunió lo mejor de su producción en Ensayos escogidos (2011), un libro imprescindible para comprender a fondo la literatura y el pensamiento político y social de Bolivia a partir de la Revolución del 52.
Y no hay que olvidar su incursión en los trabajos multimedia: La bodega de Jaime Saenz (2005), La pascana de Gladys Moreno (2007) y La ausencia de Adela Zamudio (2012), tres joyas interactivas en las que se puede apreciar textos, audios, imágenes y gráficas de estos tres referentes de la cultura y las artes del país.
--
En pocas palabras
Texto armado a partir de diferentes momentos de la conversación con Luis Antezana.

Jorge Luis Borges
A Borges [a su obra] lo conocí cuando estudiaba en Argentina, y fue por culpa de Kafka. Vi la película de El proceso y no la entendí; busqué el libro, lo leí y seguí sin entenderlo. Entonces comencé a buscar cosas que se habían hecho sobre el libro o sobre el mismo Kafka, hasta que di con una antología prologada por Borges, que fue lo primero que leí de él.
Luego no me acuerdo si empecé, ya de verdad, con Ficciones o El hacedor, y ya lo leí todo a mi regreso, cuando estudiaba en la Normal.
Sigue siendo mi referencia básica. Cuando acababa mi libro Teorías de la lectura, al hacer el índice de nombres, las menciones a Borges eran demasiadas. Me daba vergüenza.
Después de Álgebra y fuego he completado mi visión sobre él, porque salieron un montón de libros sobre todo de sus inicios, que nunca quiso difundir e incluso retiró de circulación, pero que aparecieron tras su muerte.

Carlos Medinaceli
Carlos Medinaceli es esencial para la crítica literaria boliviana porque se ha inventado lo que llamamos la literatura boliviana.

Oscar Cerruto
Cerruto es uno de los escritores más completos que tenemos, con perfección en prosa y verso. No es una exageración decir que, después de Cerruto, en Bolivia no se puede escribir mala poesía.

Jaime Saenz
Saenz ha sido toda una experiencia de vida. Más o menos en 1978, cuando hacía la revista Hipótesis, y después de leer la obra poética de Jaime publicada en la Biblioteca del Sesquicentenario, me entró la idea de entrevistarlo, pero era muy difícil porque ya era todo un ícono y no era fácil llegar a él.
Por suerte a través de Blanca Wietüchter aceptó que lo entreviste, y hasta me dio de yapa las galeras de Felipe Delgado para publicarlas en la revista. Desde entonces se volvió un ritual cada que iba a La paz, trasnocharnos jugando cacho, y a la vez empecé a leer toda su obra y estudiarlo.
Jaime se inventó La Paz, La Paz marginal y nocturna y todavía “todos” escriben de esos temas, sobre esa creación de La Paz; los personajes, descripciones y paisajes saencianos son interminables.
Recorrer esta distancia y La noche pueden rivalizar sin problema con cualquier libro de la poesía latinoamericana.

René Zavaleta Mercado
Fue un rebote circunstancial pero extraordinario para mí. Lo primero que leí fue El poder dual ya cuando estaba enseñando; luego tuve que dar un curso sobre pensamiento social boliviano: Almaraz, Montenegro, y claro, tuve que profundizar a Zavaleta y estudié La formación de la conciencia nacional.
(Estudiar el discurso político no es tan diferente de estudiar el discurso literario, en teoría, en lo semiótico).
Zavaleta Mercado me sigue pareciendo muy importante. Una cosa es investigar los hechos y otra cosa es pensarlos, lograr un panorama teórico. Como él vivía afuera no tenía un panorama concreto, así que estaba obligado a pensar los hechos y todavía su pensamiento sobre la realidad boliviana es la forma más rica y profunda que hay: Las masas en noviembre es inagotable en ideas y sugerencias.

Jesús Urzagasti
Es un escritor fascinante. Yo  tengo una deuda con su obra; tengo varios escritos, pero me falta hacer una revisión general. Por ejemplo, siempre he querido escribir sobre De la ventana al parque, una novela fabulosa. Ya tengo unas 30 páginas avanzadas a las que me falta encontrarles un buen estilo de exposición.

Fuente: http://letrasietebolivia.blogspot.com/2015/10/perfil.html