Supay en la novela de Sisinia Anze
Por Demetrio Reynolds
La historia encontrada en unos papeles de ignota procedencia, es un recurso narrativo conocido. Empero, eso no quita la consistencia de la trama ni disminuye la calidad expresiva del estilo
Aunque ya no somos analfabetos, sino más un pueblo “leído y escribido”, como diría un demagogo; con todo, no debe de ser fácil reunir harto público con motivos culturales. La otra noche era para no creer. El amplio salón del Club Social se llenó a tope. Eso sucede pocas veces; lo común es que el artista de la pluma sea casi un solitario; el “respetable” es reacio a saber de libros. Sin embargo, con un poco de empeño imaginativo y apoyo de la tecnología, aquello funciona.
El escenario, el ambiente, la hora… todo era espectacular. Había figuras, máscaras y disfraces; una pantalla gigante con imágenes surrealistas en acción. Al frente, sobre una mesa, una careta de diablo, de esos que bailan en las “entradas”. El público intercambiaba saludos a soto voce. En fin, de veras una noche de fantasía. ¿No nos habremos ido directamente al averno? La duda golpeaba con insistencia.
El diablo es un personaje universal. El satanás de la Biblia vino con los españoles y se encontró aquí con el Tata Inti, la Mama Jallppa y el maligno Supay. Para su relato Sisinia Anze rescata al Tío de las minas, al Supay de los Socavones de angustia. En el Carnaval de Oruro es un brioso danzante. En una noche, en Yocalla, construyó un puente. En las letras, Augusto Céspedes, autor de la novela Metal del diablo, lo personifica como el Rey del Estaño. Es filósofo en Diálogos, a través de la pluma de Francovich. Además de los mencionados, hay otros que andan sueltos tentando sin tregua a los cristianos.
Es el quinto volumen que Sisinia lleva a la estampa con una temática similar. Y no es que ella tiene predilección por los fantasmas o seres exhumados de pretéritas antigüedades; son éstos los que le seducen y le convencen para correr por las páginas de su invención. Sin soslayar, desde luego, el compromiso implícito. Quiere que sus lectores se conecten con la realidad a través de la fantasía, y para que eso suceda recurre a elementos de la cultura y la historia. No es pues una escritora que se evade con sus fantasmas hacia otros mundos.
En Las crónicas del Supay, el extravío de Verónica en el interior del Sumaj Ork’o depara la circunstancia de encontrar un manuscrito donde su autor, un tal Gunther, cuenta su periplo por diferentes tiempos y latitudes del planeta. Conquistada por la lectura, se olvida ella de su situación. Parece que estaba destinada a vivir ese suceso y que el derrumbe no fue sino una vía para ir hacia aquel personaje misterioso que sale del manuscrito. Al divisar al Supay a su lado, mejor dicho a Gunther, le pregunta Verónica con pasmosa tranquilidad: “Gunther, ¿eres tú?
La historia encontrada en unos papeles de ignota procedencia, es un recurso narrativo conocido. Empero, eso no quita la consistencia de la trama ni disminuye la calidad expresiva del estilo. La perspicacia de Sisinia Anze para presentar la ficción literaria con sugestiva verosimilitud es cada vez más convincente.
Fuente: http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/columnistas/20150506/el-supay-en-la-novela-de-sisinia-anze_300655_664390.html
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