Pen Bolivia/filial Cochabamba rendió homenaje a Norah Zapata-Prill en el Centro Simón Patiño durante el acto de entrega de su último libro: "Eclipses", un bello poemario donde su calidad poética alcanza niveles de plenitud y excelencia. Estuvieron en la testera Norah Zapata, Benjamín Chávez, Vilma Tapia, Rosalba Guzmán Soriano , Alba Paz Soldán, y Melita del Carpio. Un auditorio repleto escuchó a esta gran poeta nuestra y para disfrutar de su poesía.
Rosalba Guzmán, Alba Paz Soldán, Melita del Carpio, Norah Zapata-Prill, Vilma Tapia y Benjamín Chávez (editor)
Intervención de Rosalba Guzmán (extraído del suplementario El Duende, Año XXVIII, Edición 739, 31 de marzo de 2024):
Apreciados amigos que me acompañan
en la Testera: Vilma Tapia, Alba María
Paz Soldán, Melita del Carpio, Benjamín Chávez y, nuestra entrañablemente
querida Norah Zapata-Prill. Es para nosotros tu presencia en esta mesa, en esta
Patria el más preciado regalo. Agradezco
el honor que me haces al invitarme a comentar esta joya poética, que es, como
debe ser, un libro de poesía.
Este libro en particular, se lo debemos
a Letreo Ediciones, y claro, al editor
Benjamín Chávez, otro célebre poeta
boliviano. Es la tapa, son los colores, el
tipo de papel, el formato, el diseño y las
extraordinarias ilustraciones de Fernando Ugalde, los que logran el sortilegio de
afilar los sentidos y preparar el paladar
del alma.
Eclipses, desde su nombre, bordea la
indecible oscuridad de la muerte, como
Jaime Sáenz, como Blanca Wiethüchter,
como Edmundo Camargo, como Fernando Pessoa. Entonces, me pregunto ¿qué
tienen estos poetas en común? y lo que
tuvieron, como Norah ahora, es la experiencia de bordear y bordar el vacío.
Sólo los grandes poetas logran decir lo
indecible, sólo aquellos a quienes les
está otorgado por los dioses la elocuencia del saber sobre el dolor, la soledad
ignota y el desconsuelo, la evidencia de
haber nacido solos y acercarse al abismo
también solos.
El cuerpo es un amasijo de golpes del
destino, una maraña de discontinuidades, Lacan dice que nace un organismo
vivo, y que sólo se hace cuerpo cuando
es tocado por el significante, cuando la
cuna simbólica que lo recibe lo hace
existir. Pero hay algo imposible de nombrar, algo inatrapable que es lo real, no
referido a la realidad, sino al vacío, el
agujero en la cadena de significaciones.
Con el cuerpo se ama y se odia, con el
cuerpo se complace y se goza. El goce
no es un sinónimo de placer y bienestar,
el goce, dice Freud es lo que está más
allá del principio de placer. Miller en su
seminario “Todo el mundo es loco” dirá
que el goce “es el índice de un disfuncionamiento absoluto, una relación trastornada del ser hablante con su propio
cuerpo”; Desde allí, desde lo imposible
de nombrar desde este vértice-bisagra
entre la vida y la muerte, es que Norah
inventa en su propia lengua poética un
decir sobre la muerte.
Cada verso, cada poema guarda en su
estructura un lugar en el espacio, y los
espacios vacíos hablan. Los silencios hablan. Su poética es palabra viva que dice
más allá de la metáfora, palabra viva que
metaforiza lo real, que habita el intersticio en el que el inconsciente y la poesía
logran rozarse en los pliegues de la esa
piel compartida en ese umbral. Y así su
poesía logra un decir de lo que no puede
ser dicho.
Su voz poética no se registra en la sintaxis prosaica de los dichos, va siempre más allá y así se constituye en una
esfera de significaciones agalmáticas
que procuran resonancias en el cuerpo
del lector, uno por uno en el contubernio que provoca en la subjetividad de
cada quién.
La poesía genera poesía desde sus resonancias. Para ello hay que vaciarse,
escuchar desde el propio silencio. Un
ejemplo mísero de lo que en mí ha provocado esta lectura, las imágenes que
han resonado en mi subjetividad, son las
que a continuación se las ofrezco, sobre
base no de la música, no de voz, sino del
silencio interior. Les pido entonces que
sólo observen lean y sientan.Solo me queda agradecerte querida Norah por esta obra de arte que hoy tengo la
felicidad de presentar junto a este grupo
emocionado de colegas. Nota del editor: En este punto, la autora expuso
imágenes acompañadas de algunos versos de los
poemas del libro Eclipses
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